En casa tengamos el ordenador a la vista de toda la familia (en el salón o en una sala de estar común), no en un rincón escondido de la casa ni en el dormitorio de los niños.
El uso de Internet debe de ser una actividad abierta y familiar, navegando juntos cuando esten los los peques, saber con quien se comunican y controlar el tiempo que dedican a estar conectados.
Debemos educarles y enseñarles las bondades de la red pero también los peligros a los que se pueden enfrentar.
No olvidemos que muchas veces son los niños quien pueden enseñar mucho a los padres.