El síndrome del autoencierro: Los ermitaños tecnológicos

      1 SINDROME HIKIKOMORI

Viñeta “Ermitaños tecnológicos”
Autora: Marisa Babiano
             Humorista Gráfica (@BabianoMarisaperiodistas-es)

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         La entrada de hoy es a petición de una lectora y GRAN seguidora de este blog, por ello quiero agradecer su incondicional apoyo haciéndo los deberes, como ella espero que haga, dando respuesta a su petición.

      Siguiendo con la filosofía de este blog, mediante la que se pretende potenciar el conocimiento de los peligros que las nuevas tecnologías nos ofrecen, y por ende Internet, con el objetivo de aprender a evitarlos y con ello poder disfrutar de las infinitas bondades que tambien nos ofrecen. Hoy voy a hablaros sobre ciertos comportamientos que pudieran considerarse como una enfermedad originada por un mal uso de las nuevas tecnologías.

       Hoy tampoco os voy a hablar de informática, os voy a hablar de una enfermedad desconocida, ¡o tal vez no!, que está ligada directamente con las nuevas tecnologías, que se convierten en una adicción para ciertas personas, hasta el punto que algunos llegan a aislarse entre las cuatro paredes de sus habitaciones perdiendo todo contacto con el mundo exterior, incluido con su entorno familiar.

         Me refiero al «Síndrome del Autoencierro» o «Síndrome Hikikomori»

      juego virtualNuestra sociedad 2.0 valora por encima de todo el desarrollo tecnológico, a veces lo anteponemos a las necesidades que la evolución tecnológica requieren, potenciando con ello las carencias que aparecen en esta digitalización social.

       Hoy en día se pretende virtualizar todo, incluidas las relaciones personales, dejamos olvidados los parques infantiles para potenciar los videojuegos, incluso en modo «multi-jugador» con  «ciberamigos». Con ello estamos evitando que los niños se caigan y se magullen las rodillas durante sus juegos, pero como contraprestación sufren otras «lesiones», como el «Síndrome hikikomori«.

      También es cierto que algunos de los que leáis esta entrada os podríais ver reflejados, ¡yo el primero!, como «Friki» de las nuevas tecnologías, habiéndo pasado horas y horas «trasteando» con un teclado, pero no es el caso, aunque algunos contínuamos con el «trasteo«, podríamos estar rozando este síndrome 😉 (este comentario, en tono de humor, espero que sirva para quitar hierro al asunto tan delicado que voy a abordar en la entrada).

Esto es mucho más grave.

      El término “hikikomori” proviene del japonés, si lo traducimos a nuestro idioma significa “recluirse” o ”aislarse”. El concepto de «Síndrome Hihikomori» comenzó a utilizarse en el país nipón para denominar una nueva enfermedad/síndrome que apareció directemante ligada a la nueva cultura digital o tecnológica.

viñeta

     Si búscamos información, sobre este fenómeno, encontraremos sorprendentes artículos en el que se nos describen casos en el que jóvenes, por alguna razón, se aíslan completamente de la sociedad y se encierran en sus habitaciones durante mucho tiempo, semanas, incluso meses, a veces años. No salen de su encierro salvo en raras y contadas ocasiones, procurando hacerlo por la noche, evitando con ello cualquier contacto social. La excepción es con su familia, a quienes se dirigen con alguna palabra o frase corta en caso y solo en caso de absoluta necesidad.

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  Otra de las «marcas» de esta «enfermedad tecnológica»  es que quienes la padecen, en ocasiones, se olvidan de su propia higiene personal y no prestan atención a su aspecto. Se crean su propio «micromundo» entre las paredes de sus habitaciones donde  llegan a acumular incluso basura y restos de las comidas que realizan en la habitación.

     Como entenderéis esta conducta no es normal, y aunque a priori no parezca una enfermedad está claro que no es el comportamiento lógico dentro del «calor hogareño» donde se supone que viven otros familiares, y precisamente por esa falta relación de lo que sucede con una enfermedad la familia de los afectados no reaccionan o tardan demasiado en reaccionar.

EDUCACION_DIGITAL

  Este fenómeno se da, normalmente, entre chavales varones de entre 13 y 20 años. Que curiosamente corresponden con la generación que se ha criado de forma muy diferente a lo que hasta ahora entendíamos como normal, han crecido en el núcleo de familias demasiado ocupadas con sus trabajos, los cuales les hacían olvidarse en cierta medida de los hijos, dejando su educación en manos de terceros durante tramos horarios. El resto del tiempo no podía ser perdido con los crios, ellos ya están suficientemente entretenidos en sus habitaciones con sus «cacharritos» de última generación que por supuesto ya nos hemos ocupado nosotros de que los tengan para facilitar nuestra «falsa tranquilidad«. ¿Os suena?.

hikikomori

      Y hasta aquí la información sobre los «HIKIKOMORI» que he encontrado y que he intentado «traducir» y «adaptar» a este blog, explicando la historia de estas personas que sufren este raro y «tropical» síndrome de aislamiento, originario de Japón, eso está muy lejos, por lo que sabemos que será imposible que llegue a nosotros, y que este síndrome lo sufra alguno de nuestros familiares más próximos.

      Estas personas se aislan, posiblemente incluso empujados, por falta de una buena y cordial relación familiar, pero eso a nosotros no nos sucederá nunca. ¿Verdad que no?

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          Ahora toca decir aquello de…

«QUE LEVANTE LA MANO QUIEN»

      ¡YO YA LA TENGO LEVANTADA!, ¿y vosotros?.

    ¿cuantos de nosotros no dijo, en más de una ocasión, a nuestros hijos que se «perdiesen» en sus habitaciones con sus «cacharritos» para poder relajarnos sin las «molestias» de tener que ocuparnos de nuestros hijos?, y todo ante la tranquilidad de que ellos están imersos en su mundo de videojuegos e internet sin que puedan ser víctimas de peligro alguno. (leer entrada «MENORES EN LA RED: El peligro de la falsa soledad»)

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    ¡Pues estábamos confundidos!, al igual que nososotros nos aíslamos y nos dedicamos de pleno a nuestras actividades, ellos han aprendido a hacer lo mismo, con el agravante que en ocasiones, como las que describimos en esta entrada, renuncian a integrarse en la sociedad puesto que encuentran en su «micromundo» todo lo que necesitan, llegando a cambiar incluso sus hábitos, durmiendo a lo largo del día, mientras que la noche la dedican a ver la televisión, jugar con sus ordenadores y consolas, y sobre todo a interrelacionarse en la red con, los que creen,  sus verdaderos amigos.

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      Nosotros tenemos muy claro que no dejaremos a nuestros hij@s ante las peligrosas soledades de sus habitaciones con la única compañía de los diversos dispositivos de entretenimiento y conexión a la red, ¿verdad?

       Nosotros intentaremos, por todos los medios, evitar que nuestros hij@s se conviertan en «AISLADOS» , ejercitando una contínua educación y «Control Parental» para educarles como buenos «Padres 2.0» que somos, aunque yo conozco alguna ejemplar «Madre 5.0» 😉

      Si queréis ver un reportaje sobre el tema que se ha tratado en esta entrada os recomiendo ver el Documental – hikikomori, jovenes invisibles en Youtube

       Entre todos debemos hacer duro bloqueo para evitar importar este síndrome, y me consta que lo haréis.

       Y debemos tener muy claro que, aunque en esta entrada no hayamos hablado de ciberdelincuencia, virus, o cualquier otro ataque que podamos sufrir como internautas….

       Nosotros somos nuestra mayor vulnerabilidad, pero también somos nuestro mejor antivirus

        Nos vemos en la red…

X1RedMasSegura

FUENTES

 

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7 comentarios en “El síndrome del autoencierro: Los ermitaños tecnológicos

  1. Estimado Angel,
    o/ Levanto la mano, ya que hace un par de años atras propiamente 2 por un problema que tuve, llega a padecer este sindrome el cual no es nada bonito segun aquel tiempo creia que era normal y me encerraba en mi cuarto tal cual indicas en la entrada, acumulando comida chatarra pero viendo desde otro punto mas que todo en ese momento, apoyo de la familia lo cual recibi pero como todo joven me negue asi que toda chico que lea o bien padre de familia insistan que andar en esto es complicado pero no imposible salir.

    Regards,
    Snifer

  2. Excelente la entrada, Angelucho, no has podido resumir, analizar y explicar mejor esta patología tan ligada a estos tiempos digitales.

    Algo que me parece muy interesante es cómo levantas la mano y te das cuenta de que no es un síndrome a importar de Japón, sino que ya está aquí, lo que ocurre, como muy bien explica el video, es que puede que tarden años en hacerse visibles a la luz los casos españoles, porque tienden a ser ocultados por vergüenza de las familias. En Japón hay 1 millón y medio de ermitaños tecnológicos, y han tardado mucho tiempo en realizar un cálculo aproximado.

    Los motivos que pueden llevar en Japón a que un chico llegue a ser Hikikomori son variados:
    – acoso escolar (como se cuenta en el primer caso del video).
    – clases extraescolares agobiantes.
    – presión en la universidad y altas expectativas de sus padres para que sea el mejor.
    – una sociedad en exceso competitiva.
    – no tiene las habilidades sociales para comunicarse en grupo o con la familia.
    – no siente que encaje en el orden social establecido.
    – se siente frustrado, inútil y tiene baja autoestima.

    ¿De verdad estos síntomas nos suenan a chino o sabemos reconocerlos en España? Yo sí, y por desgracia lo veo en casos bastante cercanos. En el país del sol naciente la edad ha aumentado de 21 a 32 años, y aquí resultaría sorprendente cómo además de jóvenes se ven afectadas personas de más de 40, principalmente por la crisis y el paro.
    No se sienten útiles, no disponen de dinero, les da vergüenza su situación y se notan fuera de lugar, enfermos y frustrados, rehuyen el contacto social y «viven» por la noche, así que toma videojuegos, estar todo el día en Internet e incluso realizar las compras por este medio, apoyándose en la madre que es quien les suele proporcionar lo básico para subsistir.

    El tema del descenso de la natalidad y que los padres depositen demasiadas esperanzas en esos hijos unicos, ¿es patrimonio de Japón o aqui tambien nos suena? Cada vez nacen menos niños. ¿Y lo de que el chico no se socialice-comunique bien con el padre porque pasa muchas horas trabajando?.

    Por desgracia nos unen muchos puntos con Japón, inclusive con la mejoría de estas personas, pues al igual que allí, aquí no existe una adecuada red de ayudas sociales ni apropiada atencion de Salud Mental Pública para rehabilitar al enfermo, y los poquitos que salen de esa penosa situación, suelen ir a clínicas privadas.

    Esta entrada y tu blog sirven para poner sobre aviso a todas esas familias que estén viendo cómo algún miembro puede estar cayendo en este estado de reclusión voluntario, para adoptar las medidas adecuadas cuanto antes. Es un aviso como una casa, genialmente explicado, y no sirve mirar para otro lado. Comprensión y tranquilizar al afectado, apoyo incondicional, cariño y estas cosas que tantas veces has tratado en tus posts.

    Gracias por visibilizar este tipo de problemas. Eres un visionario en la Seguridad en la Red en su mas amplio sentido.
    Mis felicitaciones, un abrazo.
    P.D.- Dentro de lo grave y triste del tema, decirte que me ha encantado la viñeta del padre y Fukimaki 🙂

  3. Mi hijo está encerrado ya un año, come en su habitación, acumula toda la basura, no se asea, su pelo es larguísimo, me habla lo justo sin abrir su puerta, si le niego algo rompe cosas y da golpes dentro de su habitación …. Ayudenme por favor

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