¿Inmigrantes digitales?, ¿nativos digitales? ¡Eso no existe!
La brecha digital no solo influye en la utilización de Internet con seguridad, por parte de nuestros menores, o que se enfrenten solos a los peligros de la red.
La brecha digital conlleva algo mucho más grave que un distanciamiento generacional. Genera un problema mucho más grave que un simple “analfabetismo digital”. Genera un problema que potencia la aparición de lo que hemos venido a denominar como “Huérfanos Digitales” que, en el caso que os cuento hoy, pueden aprovechar las infinitas bondades que nos aportan las TIC,s, o por el contrario pueden “pasarse al lado oscuro de la red” de forma inocente y sin ni tan siquiera darse cuenta.
El término “Ciberpadres”, por otro lado, puede infundir a error. Ser “Ciberpadre” o “Cibermadre” no implica a que, como adultos, debamos estudiar un Máster sobre seguridad informática para proteger a nuestros hij@s ciberconectados.
Otro erróneo concepto es el que, para la mayoría, toma el control parental como algo que haya “nacido” con la llegada de las nuevas tecnologías de la información (que ya no son tan nuevas) y el concepto de seguridad en ellas. El verdadero concepto de control parental lo podemos encontrar en cualquier pasaje de la historia de la humanidad, padres y madres protegiendo a sus hij@s. Protección que se daba sin importar el conocimiento que tuviera el adulto sobre el “problema” o peligro al que se enfrentaba su hij@
Sin embargo, con la llegada de las TIC,s, aparece un nuevo antónimo de “Control Parental”, la “dejadez parental”, que potencia que nuestros menores caigan en un abismo de peligros sin tener la oportunidad de tener a su lado la necesaria figura de un adulto que le guíe, eduque y tutele en su “cibervida”, y todo por pensamientos como “…yo es que de eso no entiendo…”, “…eso de la informática no es para mí…”.
Cuando hablamos de peligros de nuestros hij@s en la red rápido nos viene a la cabeza el ciberacoso sexual conocido como “Grooming”, o el acoso en el ámbito escolar como el “Ciberbullying”, “Sexting” o “Ciberbaiting”, actividades demasiado presentes, lamentablemente, en los medios de comunicación que se hacen eco de sus nefastas consecuencias. (Ver entradas sobre ciberacoso)
Temas que he tratado, y seguiré haciéndolo en este Blog, pero ¿Qué ocurre cuando el peligro comienza de la propia actividad en la red de nuestr@ hij@? ¿Qué ocurre cuando nuestr@ hij@ accede a contenidos que no puede llegar a gestionar apropiadamente?
Es indudable que Internet es una fuente extraordinaria para el conocimiento. Todos nosotros, como internautas, hemos sido usuarios de manuales, o guías, tipo “hazlo tú mismo” si hemos necesitado reparar una cerradura, desmontar la óptica de nuestro coche para cambiar la bombilla fundida o simplemente para cocinar una receta para sorprender a nuestros invitados. Pero Internet también dispone de materiales de aprendizaje encaminados al mundo del hacking, sí, sí, habéis leído bien, habéis leído “hacking”.
Ya sabéis que, para quien os escribe, el hacking no es sinónimo de ciberdelincuencia, entendiendo como “hacker” a la persona que se preocupa por investigar sobre la seguridad, por utilizar sus conocimientos para encontrar vulnerabilidades con la finalidad de reportarlas para que se tomen medidas para corregirlas, entre otras muchas cosas. (Ver otras entradas sobre hacking)
Y sobre esta “ciencia”, a la que se suele conocer también como “Hacking Ético”, existen miles de manuales, especialmente en YouTube, con los que cualquier internauta puede aprender diversas técnicas para buscar estas vulnerabilidades en redes wifi, páginas web, servidores de juegos, etc.
Auditorias wifi, pentesting o denegaciones de servicios a servidores de un juego y que también están al alcance de cualquier menor a un solo clic. ¡Ya sabéis, son nativos digitales! y lo saben todo en relación con las nuevas tecnologías, ¿verdad? (modo irónico en “modo ON”).
Contenidos que poco a poco pueden ir transformando, negativamente, la inocencia de nuestros hij@s al sentirse con “poder” para hacer cosas y saltarse alguna que otra “norma”, total ¡cómo no me ven! O ¡cómo no saben quién soy!
Y ¿quién enseña a estos noveles “investigadores”, en materia de seguridad informática, lo que está bien y lo que está mal? ¿Cómo explicarles, en alusión a “Star Wars”, que no deben pasarse al lado oscuro de la fuerza por muy fuerte que les parezca?
Se puede dar el caso que los padres y madres, responsables de estos “hackers kids”, hayan roto esa “brecha digital” y se esfuercen para que sus hijos no accedan a contenidos inapropiados, como los pornográficos, los relativos a alteraciones alimenticias, violencia expresa, etc. Se puede dar el caso que estos adultos “auditen” a sus hij@s y tengan control exhaustivo sobre sus contactos, sobre sus juegos en línea y sobre todo sobre el tiempo de conexión.
Pero ¿y si nuestro hij@ no hace nada malo?
“mi hij@ se tira horas viendo videos de YouTube”
“mi hij@ no juega a nada, está todo el tiempo con pantallas negras en el ordenador, que yo no entiendo”
“El otro día castigamos a nuest@ hij@ porque no quería dejar de ver videos en Internet, cambiamos la contraseña de la Wifi de casa. A los cinco minutos nadie de la familia podía acceder a la wifi. Bueno nadie no, él seguía conectado”
Tal vez nuestr@ hij@ esté aprendiendo a programar con Scratch o Phyton, o esté aprendiendo a programar una aplicación móvil para Android o iOS. Tal vez nuestro hijo esté a punto, ni tan siquiera saberlo, de encontrar una vulnerabilidad en el juego de moda. O por el contrario, tal vez nuestr@ hij@ haya accedido a la wifi del vecino para, en el mejor de los casos, disponer de Internet cuando se la restringimos y seguir viendo y escuchando a sus “youtubers” favoritos.
“hola amigos, bienvenidos a mi canal de YouTube, hoy vamos a ver como…”
Explicar a nuestros hij@s el concepto del bien y del mal, de lo que está bien hecho o mal hecho, es sencillo, pero ¿cómo les explicamos los mismos conceptos cuando se trata de Internet si ni tan siquiera nosotros lo tenemos claro? O mejor dicho ¿si nosotros no tenemos el mínimo conocimiento?
Explicar lo inapropiado de romper un cristal de un escaparate para comprobar su fragilidad es sencillo, pero ¿cómo le explicamos lo inapropiado de explotar una vulnerabilidad para hacer daño? ¿El acceso a una contraseña de un usuario o bloquear un servicio para que no se tenga acceso al mismo?
Si habéis “sufrido” alguno de los casos que habéis leído hasta ahora, o habéis vivido alguna situación similar con vuestros hij@s ¡no os preocupéis! No sois los primeros en pasar por ello, y tampoco seréis los últimos. Si además no habéis sabido gestionar este nuevo peligro de las nuevas tecnologías hacia nuestros menores, tampoco debéis preocuparos, es normal, sois “inmigrantes digitales” profanos en la materia.

schoolboy use laptop, 3d shields background
Mi consejo es, si os sentís reflejados en este artículo, y sin ningún lugar a duda que potenciéis y apoyéis la curiosidad “investigadora” de vuestr@s hij@s. Vosotros no podréis ayudarles en aprender a programar o a auditar sistemas informáticos, no podréis ayudarles y enseñarles sobre el buen camino a la hora de adentrarse en el mundo del hacking. Pero igual que confiáis la educación de vuestros hijos a un profesor particular de idiomas, o lo inscribís en un club para que potencie y disfrute de sus habilidades deportivas… ¿Por qué no confiar el aprendizaje de nuestr@s hij@s, sobre seguridad informática, a través cursos de hacking ético bajo la supervisión y tutela de expertos hacker expertos en la docencia sobre la materia?
¡De acuerdo! Tenemos que romper varios muros, el primero el falso concepto que se nos vende sobre el hacking, para convenceros del craso error no tenéis más que ver, los expertos colaboradores de los principales congresos de seguridad/hacking de nuestro país, entre los que se encuentran directores generales y presidentes de grandes compañías, responsables en materias de ciberseguridad, expertos en derecho tecnológico… Hackers en general.
El segundo muro a romper es el de la escasa oferta sobre tipo de formaciones por parte de las instituciones, y la inviabilidad de llegar a toda la posible necesidad en el caso de las existentes. Si bien podemos encontrarlas en el ámbito privado cursos en esta materia impartidos por expertos que ayudarán y guiarán al alumno siempre por el buen camino. También podéis aprovechar los congresos de seguridad y hacking que ofrecen, en paralelo al congreso, actividades para estos «hacker kids«.
Por supuesto no se debe dejar de nombrar, en lo relativo a la educación en digital, a iniciativas como Cybercamp de INCIBE, HoneySec en Guadalajara, HackingSolidario de Córdoba, Hack&kids de Zaragoza.
Y por supuesto X1RedMasSegura, que estaremos donde nos llaméis. (Descarga de brochure X1RedMasSegura 2017)
Otro consejo es que facilitéis la lectura de libros especializados y que acompañéis a vuestros “hackers kids” a alguno de los muchos congresos o eventos de seguridad informática y hacking que hay en nuestro país. Estoy seguro que sus organizadores podrán asesoraros sobre la idoneidad de que puedan asistir a conferencias y cursos. No es la primera vez que veo a un padre o una madre acompañando a su hij@ a uno de estos congresos como el que lleva a su hijo a ver una película infantil, tal vez nosotros no sepamos apreciarla pero nuestr@ hij@ disfrutará y mucho.
Esta entrada surge de hechos reales gracias a los cuales conocí a mi querido amigo Monedy. Historia que, junto con mi nuevo amigo, contamos en la primera edición del congreso PaellaCon de Valencia y que podéis ver en el canal de Youtube de Palabra de Hacker.
También es la versión extendida de un artículo que publiqué en el número 4 de la revista «One Hacker« del Grupo Atenea, en la que se publican artículos escritos precisamente por estos expertos de seguridad digital con la intención de concienciar al lector en el buen uso de las nuevas tecnologías, y al mismo tiempo informar sobre las novedades en el mundo de la seguridad.
. Si alguno se toma esta entrada como una reivincación para potenciar las actividades con menores en cuestiones de seguridad en la red… ¡NO OS PREOCUPÉIS!
¡¡¡ES UNA REIVINDICACIÓN!!!
Porque a nuestros menores no solo hay que protegerlos sobre acosos digitales, contenidos nocivos en la red, o ciberadicciones, también hay que prepararlos para que con naturalidad aprendan sobre seguridad y sobre todo a «asegurarnos» a todos el día de mañana, aprovechando para esa educación el inmenso potencial de Internet.
Tal vez, ahora que has leído este artículo, mañana venga tu hij@, como hizo mi amigo “Monedy”, y os diga…
“Papá, mamá… ¡Quiero ser Hacker!”
Pero ahora vosotros sabréis reaccionar de forma apropiada, como hicieron los padres y profesores de mi querido “hacker kid”, que lejos de alarmarse confiaron la educación de su hijo a expertos en educación sobre hacking y ahora ven como disfruta con las enseñanzas tutorizadas en la materia sin la necesidad de “romper cristales” 😉
Espero haberos ayudado y sobre todo haberos convencido, una vez más, que en Internet…
“Nosotros somos nuestra mayor vulnerabilidad, pero también somos nuestro mejor antivirus”.
Nos vemos en la red
X1RedMasSegura