¿Realmente dejamos a nuestros menores que nos muestren sus «ciberandaduras«?, o por el contrario estamos tan ocupados que no podemos perder el tiempo aprendiendo lo que hacen en «el Internet«, eso que no conocemos ni sabemos muy bien para que sirve, pero que sin embargo, aún siendo una maravillosa fuente de bondades, puede serlo también de peligros, sobre todo para ellos, los mas desprotegidos, lo más pequeños.
A veces, como adultos que somos, nos creemos que tenemos todo el conocimiento respecto a nuestros más pequeños, podría resultar lógico, la experiencia… ¡pero no! ahora estoy convencido de que no es cierta esa afirmación, y precisamente por esa experiencia.